Violencia rebasa a autoridades, afirma el obispo de Zacatecas
Sigifredo Noriega Barceló dio a conocer resultados del Diálogo Nacional por la Paz
Tras reconocer que “la autoridad estatal, federal y local” está rebasada por la violencia del país, el obispo de la Diócesis de Zacatecas, Sigifredo Noriega Barceló, dio a conocer las propuestas al Estado mexicano y a la sociedad, emanadas del Diálogo Nacional por la Paz que concluyó este fin de semana.
“Es el dolor de las víctimas el que nos convoca a sumarnos para detener la escalada de violencia y comprometernos con la construcción de paz”, expresó en conferencia de prensa, luego de participar en las actividades finales de dicho Diálogo Nacional, que tuvieron lugar en el estado de Puebla.
Los acuerdos fueron el resultado de 10 meses de trabajo de la iglesia, sociedad civil, académicos y autoridades, en más de 50 foros realizados en el país, con la participación de 18 mil personas.
Mencionó que el trabajo y los acuerdos, partieron del reconocimiento de que “la violencia que vivimos se ha vuelto intolerable”.
Dichos acuerdos formarán parte de la nueva estrategia de seguridad que sugiere la Iglesia, denominada “Agenda Nacional por la Paz”, mediante la cual se buscar influir en las políticas públicas y en los procesos legislativos.
Entre las líneas de acción previstas, está la de presentar la Agenda Nacional de Paz a todos los candidatos y candidatas a un puesto de elección popular, desde el nivel municipal, estatal y federal.
También “se exigirá a los gobiernos que cumplan con su función con eficacia y trasparencia”.
Noriega Barceló, aclaró que se buscará que no toda la responsabilidad en la materia recaiga exclusivamente en el gobierno, sino que todos los sectores sociales asuman la parte de acción que les corresponda.
En el caso de la Diócesis de Zacatecas, hay una comisión de cinco representantes que se encargarán de dar seguimiento a los pasos de acción que se darán en el estado.
En general –afirmó- se partirá desde el compromiso como creyentes, abiertos siempre a la solidaridad y esperanza, buscando respeto a la dignidad de todas las personas sin distinción, y privilegiando el diálogo y la cultura del encuentro. Además, se convoca a erradicar la indiferencia ante la violencia que se vive.